En el contexto de crisis actual del sistema capitalista y del patriarcado, cobra más fuerza aún la reivindicaciones feministas de un cambio de modelo. Una sociedad en la que las relaciones humanas estén por encima de las económicas; donde el trabajo de los cuidados, de la crianza, y la afectividad, imprescindible en cualquier sociedad que se considere humana, realizado mayoritariamente por las mujeres, sea reconocido y valorado; donde los hombres y las mujeres sean iguales y tengan los mismos derechos en todos los ámbitos de la vida; donde no tenga cabida la violencia.