El problema medioambiental causado en Criptana desde siempre por el vertido de materiales de derribo y construcción ha sido de grandes dimensiones. La mala gestión de este tipo de residuos conlleva la contaminación del suelo y de las aguas, la pérdida de unos recursos naturales que podrían reutilizarse, la inestabilidad de los terrenos y, algo que ha afectado de forma agresiva a nuestro entorno concreto, la degradación de la calidad paisajística.