Tala de seis árboles en la plaza del Calvario

En relación con la remodelación de la Plaza del Calvario en Campo de Criptana, Salicor-Ecologistas en Acción remitió el año pasado un escrito al Ayuntamiento de dicha localidad solicitando, entre otras cosas, LA CONSERVACIÓN TOTAL EL ARBOLADO EXISTENTE, integrándolo de forma respetuosa con el resto de nuevas plantaciones y diseños.

En respuesta, el Ayuntamiento nos aseguró que se iba a mantener la gran mayoría del arbolado existente, ampliándose incluso el arbolado y zona verde, exceptuando unos árboles que, en virtud de una sentencia judicial habían causado daños en varias viviendas colindantes. Más tarde se nos comunicó oralmente que esto afectaría a la extracción de los tres grandes pinos junto a la calle Eras y a otro árbol enfermo, como así acaba de ocurrir ayer, 14 de mayo de 2021. Lo único que, como bien dice el refrán castellano “el comer y el rascar todo es empezar”, y al final se ha talado también el único pino que quedaba y un olmo umbraculífera, ambos de decenas de años.

Salicor, por una parte, valora de forma positiva el que, en un principio, no se intentara aprovechar la remodelación integral de la plaza para arrasar sin miramientos todo el arbolado de la zona como ocurrió en tiempos pasados con la Plaza Mayor de Campo de Criptana o, al modo de tiempos pasados, pero muy en presente, con la arboleda de la plaza de toros de Alcázar de San Juan.

Pero interpreta que el intento ha quedado solo en eso, en un simple intento y no puede por menos de lamentar la pérdida para nuestro patrimonio de esos seis árboles. Un árbol que ha estado creciendo durante más de cuarenta años y que puede vivir otros tantos o bastantes más tiene un valor ambiental incalculable y un valor económico que, en algunos casos, puede alcanzar varios miles de euros. Y centenares de pequeños arbolitos no pueden sustituir, por muchas cuentas que se echen, esos valores.

Por eso desde Salicor entendemos la extracción o tala de un árbol como una actuación que debe ser muy puntual y muy excepcional, por ejemplo, cuando realmente suponga un peligro de accidente para las personas y no se pueda realizar ningún otro tipo de solución técnica. En el caso de daños a fachadas, solados e infraestructuras, entendemos que siempre, también, hay que intentar, antes de talar, probar soluciones de dicho tipo técnico, que a estas alturas del siglo XXI no faltan, y siempre, eso sí, garantizando al vecino afectado la solución del problema y la compensación por los daños causados. Y con ello, a la vez, se consigue no ir en menoscabo del derecho que la ciudadanía, en general, tiene a seguir disfrutando de los múltiples beneficios que le aportan LOS GRANDES ÁRBOLES de su barrio, beneficios que según las nuevas tendencias de la silvicultura urbana empiezan realmente a apreciarse en copas de más de 8 metros de altura y es prácticamente inapreciable en los árboles pequeños. Por eso UN GRAN ÁRBOL ES UN TESORO que merece la pena mimar y conservar.